
Su cuerpo resiente la ausencia del cuerpo amado, droga que nubla la razón, pasea nerviosa por el balcón cada vez que escucha la señal de su llegada acercándose, no puede pensar en nada mas que esos ojos hipnotizándola, en esos labios miel y veneno, en ese aliento que succiona su alma, nada mas importa, no piensa en los padres que duermen cerca de ella, en los criados. alertados por los perros de la proximidad de la bestia, deben proteger a la niña Lorena, el patrón se los había advertido después de la luna llena anterior, cuando la niña fue encontrada en estado de éxtasis, desde entonces no era ella, dificilmente comía, las criadas tenían que bañarla, parecia un vegetal, solo ante el llegada de la luna, su rostro habia adquirido un brillo... un dejo de ansiedad; las cadenas de la ventana no la detuvieron, ni la detendrían para entregarse a él.